De pasón

martes, 11 de marzo de 2014

2013 en trés: Brasil

Brasil

Quería escribir algo, aparte de lo ya escrito y cliché de mi viaje a Brasil:
Caí en cuenta en el aeropuerto de Sao paulo que esto no era un sueño, llevaba como de costumbre la cabeza llena, en sobre equipaje. Divague mucho, las ultimas noticias antes de salir dejaban un incierto, pero también demostró para quienes era importante, volver a sentir amor, querer mas a mi familia. Brasil lo veía como un sueño remoto en 2011, el viaje, la idea, lo que representaba era mucho, pero era lejano. Después de que nos dieron el si, y el apoyo incondicional del muy intrépido soñador, todo fue preparación. Ansiábamos como seria el viaje, cada detalle, cada posibilidad animaba el deseo de ir.
Sao paulo es muy grande, demasiado, solo el sistema de transporte te hace sentir una hormiga, conocimos a jóvenes como nosotros que creen en un carisma y en el trabajo por los jóvenes, se volvieron hermanos, somos iguales solo que hablamos distintos
Después hicimos escala en Rio de Janeiro, para ir a un encuentro mundial y continental, no estuve con mi grupo, se me asigno estar en el comité organizador. Solo pude dormir dos días, que se acumulaba al sueño que venia desde Colombia, del diseño y diagramación de una cartilla en cuatro idiomas que fue como parir un hijo. Me sentí bien,  “entre los jóvenes me siento bien”.
No hay coincidencias en la vida, se va el que se tiene que ir, se encuentra el que se tiene que encontrar, las noticias se sienten y hasta se presienten de manera especial fuera de casa. Casi muero, soy mortal, casi vivo, casi Dios…
Rio de Janeiro me puso en un trance permanente, el poco
sueño, millones de gente, las distancias, los momentos mágicos, encontrarme. Conocer y reconocer a los que, supuestamente, ya conocía, fue el ejercicio de catarsis mas complejo que pude hacer, abrir los ojos. Cada rostro, cada alegría, cada tristeza se queda corta en palabras, Rio y mas en el corcovado cambió todo, ya nada es igual.
Muchos se fueron, y muchos llegaron. Gracias a todos. Gracias Sao Paulo, gracias Niteroi, gracias Rio, gracias Brasil. Mi corazón tiene una parte en Brasil. Que bonita palabra me dejas “saudades”

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